Miradas que se buscan
Curiosidad de encontrar en el otro
una chispa, una ventana, una caricia
una fugaz complicidad.
La posibilidad de coincidir en un parpadeo
con otro extraño.
Pasó una vez
y no supimos sostenerla.
Curiosidad de encontrar en el otro
una chispa, una ventana, una caricia
una fugaz complicidad.
La posibilidad de coincidir en un parpadeo
con otro extraño.
Pasó una vez
y no supimos sostenerla.
Te busco entre esas miradas perdidas.
Sigo sin reconocerte.
Mientras los libros distraen mi corazón.
Camino por calles y valles
soñando avanzar en el tiempo.
Adelanto días,
hago magia cerrando los ojos.
Parece que el sol se une a mis plegarias,
me funde los huesos al alma.
Cada mañana me tatúa un beso.
Las abejas endulzan mis flores,
me abonan las entrañas
transforman mi diluvio.
Pero creo que alguna raíz
se me ha quedado adentro enterrada.
Mis caminatas guardan siempre
la esperanza casual de encontrarte
en una avenida, en un esquina.
Ensayo
y sigo buscando en los otros
ese calor que te llevaste.
Quizá esta necia raíz crezca de nuevo,
me digo.
Quizá en unos meses sea un árbol
bello y frondoso
donde se refugien miradas.
Tal vez alguna tarde
una tormenta te traiga a él
y sea tu abrigo y tu más dulce abrazo.
Tal vez nos descubramos de nuevo,
las huellas nos delaten
y volvamos a ser una carcajada.
Por eso,
esta raíz no la arranco.
Por el anhelo de volver a habitar
la miel de tus ojos,
el calor de tus manos.
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