He visto caer pedazos de mi corazón
derrumbarse y hacerse polvo.
He sentido la ausencia aullar desde adentro
pidiendo respuestas
lamentando este extravío.
He inhalado el veneno del olvido
la desesperanza de no pertenecer
a ningún rincón, a ningún cuerpo
a ningún amor.
He extrañado mis alas lastimadas
La fuerza de mis piernas para correr
La dulzura de mi madre.
Llevo días viendo fantasmas
habitar mi vida, mi cabeza
luego también se cansan y se van
Todos se van.
Y cuando quedo yo de nuevo
frente a este viento, frente al vacío
frente al silencio, frente al tiempo
sucede algo...
una mano
un pellizco, un rayo de sol
un colibrí en la ventana
un maullido, una nueva flor
un número, una canción.
Una raíz que me abraza
profundo
me sostiene
y susurra... "resiste".
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