Mi vecina de al lado me evita. La de enfrente, me saluda entre dientes mientras me escanea de pies a cabeza.
He escuchado a mujeres decirme puta por actuar libremente. Yo también alguna vez le dije puta a alguna por inseguridades y celos. Me han criticado y discriminado por ser distinta, por pensar y actuar diferente y no compartir su filosofía de vida, por ser menos "evolucionada". Y sé que entre amigas existe la complicidad y mala costumbre de criticar a otras fuera del círculo. Yo también lo hice.
Quizá he estado en los círculos y lugares equivocados, mucha hipocresía y falsedad o como diría una amiga, quizá es mi energía sucia que debo limpiar o debo madurar. Pues sí, yo no he tenido la suerte de experimentar de cerca la sororidad y la transparencia de la que muchas mujeres son parte. Quizá por mi tendencia a ser más solitaria. Quizá es porque me he rodeado de machos; le he cedido por años mi lugar a un hombre antes que a mí misma, aplaudí y fui cómplice en el pasado, alguna vez de una estúpida hazaña. No me siento orgullosa ni lo justifico. Sólo estoy consciente ahora de cosas como esa.
Crecí en un patriarcado donde todo esto era "normal". Te enseñan a "competir" y ser sumisa, en vez de compartir, luchar, ser valiente y alzar tu voz con fuerza. Las otras mujeres son tus enemigas cuando la realidad es otra, son tus aliadas y compañeras que mejor te comprenden.
Hay que cambiarse las gafas y cambiar la forma de ver. Y sé que me queda un largo camino por recorrer, que hay otras avanzadas que llevan la delantera en esta cruzada y lucha, y me alegra mucho. Porque gracias a ellas hoy muchas vamos a nuestro ritmo, en ese camino que les costó esfuerzo. Las admiro, las respeto y me solidarizo. Son inspiración y esperanza.
Intento ser lo más sensata y coherente con mis pasos. Compasiva con mi propia lucha y mi nuevo aprendizaje. Intento comprender más sin juzgar, respetando mi propia esencia. Fácil no es, pero jamás imposible.
Ser valiente y guerrera sin perder la ternura. Esa es la consigna 💪✊💫🌟
