Porque te pedí con el cielo estrellado
brillando en tus ojos,
con la colección de melodías más bellas,
dibujadas en tu sonrisa
y mil hormigas recorriendo tu cuerpo.
Llenito de alegría y curiosidad.
Nada menos, nada más.
Tan sólo una brisa fresca en tu corazón
y tu mano cálida,
que me sostenga al caminar.
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