Quizá perdí una vida, otra vida
por vivir ésta, mi vida
intentando saborear un arcoiris 
saturado de ilusiones 
descolorido por los días
y concluí:  
el amor es dulce 
es la mejor arruga compartida
es despertarse y ver una sonrisa con historial completo
¡siempre siempre!
con ganas de otra y con ganas de abrazar.
Me arrugué esta vida
cegada por "ese" arcoiris
y en segundos siempre lo perdí
y vi detrás...
perpetuo
magnífico
el cielo
siempre estuvo allí
con ganas de empalagar...

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