En estos días
me enamoro de pies y sonrisas.
De valientes,
optimistas e idealistas.
De chicos francos con mirada fija,
metas imposibles, fotos increíbles
labios imperdibles.
De coleccionistas
espontáneos
sensatos que saben preparar café.
La ambigüedad
puede quedarse afuera
observándonos comer
el resto del trozo de pastel.